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El cartapacio del alecrán

1984 / Marcela Chacón

1984 / Marcela Chacón Las cosas continuan cambiando imperturbablemente. De día, en la noche, en los sueños, en la quietud de las semanas, todo ahí modificándose de manera imperceptible. Como las nubes en el cielo pero con materiales diversos, antagónicos. No para. Cuando una pareja sirve dos tazas de café y la hojarasca se pudre en la tierra.



Se desea permanecer con "alguien" hasta que la muerte disponga lo contrario por el sencillo deseo de verse consumido en el otro, consumidos en la existencia.



El hombre pertenece a su mundo. La mujer al suyo, pero también al de él ya que debe poseerlo para subsistir; de ahí, la debilidad de ellos ante el mundo femenino.

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