Arquitectura para la vida / J. M. Calero
¡Arquitectura para la vida!
En la actualidad no es posible definir un estilo arquitectónico que englobe tal quehacer. Los principios estéticos clásicos que llevaron una controlada línea de evolución histórica se encuentran dispersos en un presente caóticamente ecléctico.
Pensemos en una gráfica en donde el comienzo podría ser la arquitectura nómada avanzando en el tiempo hasta la actualidad. La producción arquitectónica se podría catalogar linealmente hasta el tiempo de la industrialización o el modernismo.
Actualmente esta línea se ha ramificado gracias a la amplitud de las variantes de materiales además de las técnicas y constructivas. Podríamos decir que el eclecticismo actual representa un caos estilístico en la arquitectura contemporánea.
Este caos no es solamente propio de la arquitectura. Nuestro tiempo se representa por un gran caos que se interrelaciona y comienza a afectar nuestro planeta, como un cáncer, y por ende a cada ser vivo. Vivimos un tiempo necesitado de planteamientos utópicos que promuevan la esperanza colectiva en orden hacia un cambio radical que pretenda un reequilibrio armónico que mitigue el caos.
De un tiempo a la fecha gracias a la participación de personas de orígenes multidisciplinares y comprometidas con la tarea de definir los principios del caos para plantear soluciones. Se ha comenzado a hablar de ecología, medio ambiente y sostenibilidad. Entre tantos más éstos conceptos promueven un cambio de actitud y pensamiento en cada una de las tareas del ser humano.
Existe un fuerte movimiento que plantea reencontrar los valores naturales o de la naturaleza para mitigar paulatinamente los acelerados patrones de consumo que refleja nuestra sociedad desde distintas escalas desde el consumo de terrenos hasta el consumo personal. Se habla de una nueva ética medio ambiental que promueva la equidad y recrimine los derroches y desperdicios que afecten el ambiente.
Nos hemos dado cuenta los humanos que la era industrial desencadenó una furiosa línea de evolución que alimenta una fuerte inercia y nos llevará a la muerte de nos ser frenada paulatinamente.
Entendiendo lo anterior esta tesis buscará unificar conocimientos esenciales para promover soluciones prácticas desde el campo de la arquitectura, necesidad primaria para los seres vivientes. La arquitectura continuará existiendo mientras viva la especie humana.
Si comparamos la arquitectura en las mega-ciudades con la arquitectura rural entenderemos que la arquitectura rural forma lazos más armónicos con su medio y que la arquitectura citadina es más enfermiza. ¿Por qué? Si comparamos la evolución arquitectónica en las ciudades con una bola de nieve que comenzó hace décadas veremos que en las ciudades la bola se ha convertido en una monstruosa avalancha difícil de controlar.
Debemos recuperar los valores esenciales naturales. Evitar el consumo desmedido que obliga en la actualidad a las personas a depender de las grandes empresas productoras y vendedoras de energía. ¡Reforzemos el rumbo de la arquitectura autónoma!
Pensemos en una arquitectura para la vida, así como recordar para quién se hace la arquitectura. Promovamos sociedades libres y no endeudadas. Debemos promover la vida y la libertad.
Todo ser humano nace libre, la ineficacia de los sistemas sociales van limitando dicha libertad hasta encasillarlo a una vida de trabajo ¿para que? Para pagar hipotecas; asumir deudas; pagar teléfono; gas; agua; y también internet.
Es importante que la arquitectura reecnuentre su vía para resolver armónicamente las necesidades humanas energéticas: el sol, el viento, la lluvia, el agua de deshielo, la tierra y su cultivo. Sus habitantes seríamos más libres y promoverían su protección y cuidado.
Arquitecto José Mario Calero Vizcaíno
Doctorando UPC, Barcelona, España
Escuela Técnica Superior de Arquitectura
ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE EN LA ARQUITECTURA
¡Sabiduría, Salud y Corazón!...
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